El ADN de misteriosas momias asiáticas revela su sorprendente ascendencia

Los antepasados de las momias misteriosas de Asia Central son asombrosos. Según una nueva investigación, estas personas, que tenían rasgos faciales que sugerían ascendencia europea, pertenecían a una comunidad local con antiguas raíces asiáticas. Los investigadores han clasificado previamente al grupo momificado de la Edad del Bronce como inmigrantes y argumentaron dónde se originaron en Asia occidental.

Cientos de esqueletos enterrados en la cuenca del Tarim, en el oeste de China, entre 4.000 y 1.800 años atrás fueron momificados orgánicamente por el calor del desierto. Desde la década de 1990, los restos preservados de estas personas han sido desenterrados (SN: 25/02/95). La civilización Xiaohe, que incluía la cría de animales y el cultivo de plantas, estuvo representada por los enterrados hace aproximadamente 4.000 años. Sus ataúdes, que tenían forma de bote, eran diferentes a los demás en el área. En los entierros de Xiaohe, queso en conserva, trigo, mijo y ropa hecha de lana euroasiática occidental atestiguan interacciones u orígenes distantes.

El ADN se probó de 13 momias de la cuenca del Tarim de hace unos 4.100 a 3.700 años, así como de cinco momias humanas adicionales de la cuenca del Dzungarian circundante de hace unos 5.000 a 4.800 años, por el arqueogenético Yinqiu Cui de la Universidad de Jilin en Changchun, China.

Las personas de Tarim tienen herencia asiática, principalmente rastreable hasta cazadores-recolectores que vivieron hace más de 9,000 años en la mayor parte del norte de Eurasia. Los investigadores revelan sus hallazgos en Nature el 27 de octubre y especulan que las momias pertenecían a un grupo que no se había apareado con extraños durante milenios. No se descubrieron vínculos de ADN con los pastores de Eurasia occidental de la civilización Afanasievo (SN: 15/11/17), que algunos estudiosos habían reconocido como los antepasados del pueblo Xiaohe.

La gente de Dzungarian tiene una herencia principalmente afanasievo. Las proteínas de la leche identificadas en el sarro de siete momias Tarim sugirieron que ingirieron productos lácteos regularmente, un comportamiento que los investigadores creen que fue transmitido por los antepasados de Afanasievo en la cuenca de Dzungarian.